El hombre y la mujer fueron creados para vivir una vida de pareja estable. Hoy hay muchos factores que amenazan la estabilidad matrimonial como por ejemplo la infidelidad, la incompatibilidad, diferencias en caracteres, secretos, discordia familiar, la iglesia entre otros. El desafío es real y se aplica a los creyentes y a los no creyentes, pues se necesita de una decisión intencional (y la intervención divina) para que un matrimonio se mantenga a flote, alineado al estándar perfecto, diseñado por el Creador desde el principio.